«Marta, Marta», novela de Enrique Álvarez. La edición y la presentación.

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«Marta, Marta», novela de Enrique Álvarez. La edición y la presentación.

Por Luis Junco

Dieciséis de marzo, miércoles. Toda la península ha amanecido cubierta por una espesa nube de calima que se extiende desde el norte de África hasta el Reino Unido y de lo que parece que no hay precedentes. A pesar de ello, decidimos recorrer en coche los más de cuatrocientos kilómetros que separan Madrid de Santander. Allí, en la Librería Gil, a las siete de la tarde, se presenta la novela Marta, Marta, de Enrique Álvarez, y como editor me hace ilusión asistir a este bautismo de una novela a mi juicio excelente. También por conocer personalmente a Enrique, con quien, en los tres meses que ha durado el trabajo de edición, solo he intercambiado emails y alguna conversación telefónica. Un intercambio, sin embargo, que, junto a la lectura de su novela, ha sido más que suficiente para apreciarlo como novelista y como persona. 

Llegamos a la librería con el tiempo justo. Cargados con una maleta llena de libros, por si fueran necesarios, y saludé a Enrique Álvarez, que no sabía de mi llegada. Asisten a la presentación más de cuarenta personas, lo que, en estos tiempos de pandemia y calima, supone una multitud. En la mesa, acompañan al autor los poetas Juan Antonio González Fuentes y Pablo Sánchez. Ya iniciado el acto, Enrique Álvarez agradece públicamente mi presencia, la labor de La Discreta y algo que ya me había dicho en un mensaje cuando acabábamos el trabajo de edición y que me emocionó: Muchas gracias, Luis, no solo por el rigor en el trabajo, sino por el amor y el cariño con que lo acompañas”. Un sentimiento que deriva de lo que hace más veinticinco años me dijo un sabio poeta y también editor y que nunca se me olvida cuando he tenido que hacer este trabajo.

En esa época, el destino quiso que fuéramos vecinos de Manuel Padorno, en el paseo de Las Canteras, al borde del océano Atlántico. Y en 1995, estando él sentado junto a su casa, con motivo de que la editorial Libertarias -una editorial madrileña en la que él mismo había publicado ya- me había publicado una novela, nos pusimos a hablar de la edición. Bueno, en realidad, el que habló fue él, porque yo solo tenía vagas ideas de lo que debía ser una edición. Sus palabras las anoté aquel mismo día, pero con el tiempo he perdido aquellas notas; sin embargo, el recuerdo de aquellas ideas me siguen iluminando.

Más o menos era esto. “Mira, tú eres matemático y podrás comprenderlo a la primera. Una adecuada edición de un buen texto requiere una condición necesaria y varias complementarias, o de suficiencia. Y la necesaria es que el editor aprecie el texto casi tanto como lo aprecia el autor. Si no es así, sólo hará un envoltorio, más o menos bueno, pero un envoltorio. La edición es algo más, mucho más: la mejor horma posible para ese trocito de espíritu que emana del autor.”

Y sinónimo de apreciar es sentir cariño, ¿no?, por eso me emocionaron las palabras de Enrique Álvarez. Sí, creo que la condición necesaria para la edición de este libro se cumple y eso, junto con mi agradecimiento por sus palabras, le contesté en este acto público. Y me hubiera gustado comentar otras de las “condiciones de suficiencia” que aprendí de las sabias palabras de Padorno aplicadas a la edición de Marta, Marta –como el formato, la portada, el número de páginas, la lucha contra la errata, la relación editor/autor-, pero no era el momento, ya tendremos ocasión. 

La presentación en la Librería Gil

Finalizo esta breve entrada señalando que en mi opinión el acto de bautismo de Marta, Marta estuvo lleno de afecto, de buen contenido, gracias a los presentadores -alguna de cuyas intervenciones intentaremos reproducir en este blog-, y hasta del acompañamiento de campanas de la cercana catedral haciéndose eco de las palabras del poeta Juan Antonio González al final de su intervención. 

Apenas unas horas para visitar Santander: el paseo por la bahía, el mercado, paseo Pereda, la catedral, la iglesia de santa Lucía, la plaza Pombo. Marta, Marta está ambientada en 1999, pero en nuestro fugaz paseo de este 2022 aún pudimos sentir el espíritu del Santander de aquellos tiempos y hasta nos pareció reconocer a algunos de los personajes de la estupenda novela de Enrique Álvarez.

(El libro puede adquirirse en: https://www.ladiscreta.com/producto/marta-marta/)

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