Por La Discreta
(De cara al verano, más que una lista de lecturas a secas, nos pareció más recomendable para los lectores de este blog transcribir una conversación de parte del grupo de whatsapp de La Discreta, en la que se comentan brevemente lecturas y películas.)
JOSÉ RAMÓN
¿Alguna novedad que merezca la pena compartir? Yo he leído una novela contemporánea que me ha sorprendido gratamente: La tienda de la felicidad (Alfaguara, 2019), de Rodrigo Muñoz Avia. Recupera la vieja tradición de la narrativa epistolar, pero con mensajes de correo electrónico en lugar de cartas. Sentido del humor, espíritu crítico (en ocasiones, intencionadamente corrosivo), personajes muy bien perfilados, locuras y disparates dentro de la vida cotidiana… He visto que hablan de su protagonista como de “un Ignatius J. Reilly de Chamberí”; yo no creo que sea para tanto, pero me parece muy recomendable.
DATIVO
Elmore Leonard. Opera omnia. Al menos, las del Oeste. Tenía montones de libros de Valdemar Frontera comprados, sin leer.
SANTIAGO
Si no habéis leído El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince os lo recomiendo mucho.
DATIVO
Los Cautivos y otros relatos del Oeste: serie de cuentos poderosos, alguno de ellos inicio de una novela (Que viene Valdez) y, alguno, base de westerns baratísimos y sólidos (Los cautivos, de Budd Boetticher). Hoy no se hace ese cine low cost porque para estrenar una película hace falta más dinero que para rodarla (o, ya, «grabarla»). Por eso se llena todo de ese cine palomitero y cansino, que trata de dar mucho espectáculo y mucho de todo para reventar taquillas en medio finde.
Don Elmore, además, reclama desde el western las mujeres olvidadas por el western. Las que no son especialmente guapas ni jóvenes, ni las se muestran dóciles al decurso del argumento narrativo en su papel decorativo. Rompe el western desde dentro, desde sus convenciones. También reclama la importancia cultural (¡y numérica!) de las referencias hispánicas, que no son una mera anotación pintoresca, sino la constatación de un origen vigente.
Eso sí: todo con extrema sencillez. Pensado para que lo disfrute (y antes lo acepte) el americano medio. Es una óptica tradicionalista que lleva aparejadas un montón de barrenas para ese pensamiento tradicional.
EMILIO
Esos cuentos del Oeste, de Elmore Leonard, los leí hace tiempo y me parecieron buenísimos. También alguna novela negra de él que leí hace tiempo, no recuerdo el título. La película de Boetticher (que fue amigo de Garci y un enamorado de España) está muy bien. Pero están muy bien los siete u ocho westerns que he visto de él (Cabalgar en solitario, o Tras la pista de los asesinos, sobre todo). Películas sobrias, que muchas no llegan a la hora y media.
También estaban muy bien los cuentos del Oeste de Dorothy Johnson. Resulta que El hombre que mató a Liberty Valance, un argumento tan de Ford, es una historia que escribió una mujer. Un cuento de 10 o quince páginas redondo, perfecto. Con esa historia Ford lo tuvo fácil. Todo está en el cuento.
También El árbol del ahorcado y Un hombre llamado caballo son historias de ella.
EDUARDO
¡Qué casualidad! El picapleitos está viendo esa película.
Es Independencia Javier Cercas. No está mal.
DATIVO
Dorothy Johnson es asombrosa. Tengo ese volumen. Y otra gran dama del oeste (y del espacio): Leigh Brackett.
Ford quería a Brackett también. Y Bogart.
EMILIO
A mí me ha gustado mucho No me acuerdo de nada, de Nora Ephron (guionista de, entre otras, Cuando Harry encontró a Sally). Artículos humorístico-melancólicos, sobre el paso del tiempo, aparentemente ligeros, frívolos, pero muy inteligentes y divertidos, un poco a la manera de Woody Allen (mejores, para mí). El anterior libro, El cuello no engaña, también era muy bueno. Tiene esa cosa tan difícil de encontrar en literatura (que Stevenson tenía a manos llenas): encanto.
DAVID
Me gustan esos libros heterodoxos. Disfruté como un enano de Hollywood Babilonia, de Kenneth Anger. Lleno de encanto también.
JOSÉ RAMÓN
Lo mejor que he leído en mucho tiempo, a propósito de la América profunda, es 1280 almas, de Jim Thompson. Lo leí durante el confinamiento, después de haber visto cómo lo ensalzaba otro autor enorme en su monumental obra Bazar (os suena, ¿no?).
DATIVO
¿Ese es el de un pueblo que tiene esa población?
JOSÉ RAMÓN
Sí, y de su alucinante y disparatado sheriff, que tiene un concepto muy peculiar de la justicia.
LUIS
Jim Thompson creo que es el mejor escritor de novela negra que ha habido. Además de las 1280 almas, recomiendo El asesino dentro de mí, Los timadores… Hay una biografía magnífica (para mi gusto), de Robert Polito. No sé si ya está en español. Es Art Savage (Alfred A. Knopf, 1995). (Ese concepto muy peculiar de la justicia del protagonista de 1280 almas, que comentaba José Ramón, queda muy explicado en esa biografía. El padre de Jim Thompson fue el sheriff de uno de esos poblados recónditos que tuvo que huir a México acusado de corrupción y haberse apropiado de dinero de la comunidad.)
EMILIO
Yo durante un tiempo leí mucho a Jim Thompson.
Pero con ninguna me divertí tanto como con 1280 almas.
(Lista de libros: Los alcohólicos, Un cuchillo en la mirada, Una mujer endemoniada, Una chica de buen ver, El asesino dentro de mí, 1280 almas, Solo un asesinato, Ciudad violenta, Asesino burlón…)
Faltan otras 4 o 5 que deben de estar en casa de mis padres, entre ellas La huida, sobre la que hizo Peckinpah su película.
DATIVO
¡Cuánto escribe! Con razón luce apellido de ametralladora.
EMILIO
Y otro que leí mucho y con el que me lo pasé genial fue Donald Westlake, de quien recomiendo Por qué yo,Ayudadme, estoy prisionero, Policías y ladrones, Two much (se tradujo como Dosmasié, o Un gemelo singular; es una novela descacharrante, de la que Trueba hizo una película sin gracia).
Tiene otra, más seria, Payback, buenísima, sobre la que se hizo una película que a mí me gusta mucho, con Mel Gibson.
DATIVO
Ah, ¿Payback viene de ahí? Yo creía que era otra que le habían afeitado a Kurosawa. La de El infierno del odio, con una vuelta de tuerca al guion.
EMILIO
Creo que El infierno del odio no tiene nada que ver. Esa película es fabulosa. Unos delincuentes se equivocan y secuestran, en vez de al hijo de un magnate, al hijo del chófer del magnate. Entonces se le plantea al magnate el dilema ético de pagar o no el rescate (rescate que, cuando aún no sabía que se habían equivocado, iba a pagar sin dudarlo). En Payback Parker desafía a toda la mafia para que le devuelvan una pequeña cantidad de dinero que le han quitado. Hay una desproporción muy grande entre lo que le deben y la violencia y la contundencia con que lo reclama.
DATIVO
En ambas se explica también el porqué del secuestro y su origen en las desigualdades sociales y, al mismo tiempo, se huye de pintar a los millonarios con el cliché del tipo podrido de pasta. Y se trabaja también en el mundo de la policía y su modo de investigar. La de Kurosawa es monumental, iluminadora, como todo su cine.
La peli de Mel Gibson era más groserota y más conservadora. Pero incluía una referencia a los Eloi y los Morlock de La máquina del tiempo, de H.G. Wells, para explicar la delincuencia en las sociedades opulentas que para mí justificaba ver aquella peli.
TAMARÁN
Westlake es uno de mis autores de novela negra favoritos. Fue increíblemente prolífico. Escribía bajo diferentes seudónimos, dependiendo de la temática, y con su propio nombre. Payback corresponde a la serie de novelas protagonizadas por Parker, un criminal sin escrúpulos con un código profesional muy estricto. Esta serie la firmó bajo el nombre de Richard Stark y se han hecho varias adaptaciones al cine, algunas mejores que otras. Yo estoy justo leyendo ahora esta serie de novelas, que se compone de 24 títulos, tras acabarme la serie del personaje Dortmunder, que firmó con su propio nombre y, si bien es también novela negra, tiene un toque más humorístico. Dortmunder es también un criminal que se suele asociar con un grupo más o menos fijo para cometer delitos, pero se le suelen torcer los planes dando pie a situaciones divertidísimas. De esta serie también se han adaptado varias novelas, siendo la más famosa la de Un diamante al rojo vivo, protagonizada por Robert Redford.
Westlake incluso llegó a usar una novela de Parker dentro de una de Dortmunder. La idea es que Dortmunder lee una novela de Parker y trata de usarla para realizar el mismo robo que se describe en la novela de Parker pero, por supuesto, le sale mal.
Además de novela negra tiene muchas otras novelas de diferentes temáticas. Mi favorita es una llamada Adiós, Sherezade. Trata sobre un escritor que trabaja como «negro» escribiendo novelas pornográficas y, de repente, se atasca y no consigue seguir escribiendo. Lo divertido es que los capítulos de esta novela empiezan como si fuera el capítulo de la novela pornográfica que está escribiendo y acaba torciéndose y contando lo que le pasa por la cabeza al autor. Es muy divertida.
Lo malo es que muchas de la novelas de la serie de Dortmunder no están traducidas al español y hay que leerlas en inglés. La serie de Parker fue más conocida y se tradujeron bastantes, aunque no estoy seguro de que se tradujeran todas.
EMILIO
Sí, sabía lo de los varios seudónimos. Pero creo que últimamente en las traducciones de la serie de Parker se pone como autor a Westlake. Quitando Payback, no he visto esas películas. Policías y ladrones es ya una película. Es todo muy visual. La lees como si la estuvieses viendo. No sabía lo de la novela de Parker dentro de otra de Dortmunder. La idea es buenísima. El personaje de Dortmunder es muy bueno. En una entrevista en la Semana Negra de Gijón, en la tele, Westlake explicó la filosofía de la serie: en las películas de atracos siempre vemos que los ladrones aparcan junto al banco. Dortmunder nunca encuentra sitio y tiene que aparcar a bastante distancia. Y así ya la cosa empieza mal. En Por qué yo, roba una piedra preciosa tan valiosa que la policía, el FBI y todo tipo de maderos se ponen a buscarla. Hasta los delincuentes de Nueva York se ponen a buscarla, para que la policía les deje en paz. Dortmunder tiene a todo el mundo detrás de él. A mí Adiós, Sherezade me gustó menos, como otra que se titulaba Una incursión en el mundo, con un monje de protagonista. Pero de las que no son estrictamente novela policiaca, para mí la más divertida es Two much. ¡Qué bien contada está la historia de un tío que se hace pasar por dos hermanos gemelos!
En Una incursión en el mundo, hay un personaje que recorre una gran distancia a pie por Los Ángeles y se acuerda de un cuento de Bradbury en el que a un personaje que hace lo mismo que él le detiene la policía, porque alguien que camina es sospechoso. Nadie lo hace.
Una más. A propósito de las novelas del Oeste, os animo a leer una de pioneros. Seguramente muchos ya la habréis leído: Mi Antonia, de Willa Cather. Todo lo que he leído de ella es muy bueno. Pero esa es una de las novelas más bonitas que he leído en mi vida. Yo me llevo sus cuentos para leer en verano.
(Por último, os recomendamos las últimas novedades, recientemente publicadas por La Discreta: las novelas Destrucción, de Javier López Rodríguez, Viaje de otoño, de Carmen Menéndez, Marta, Marta, de Enrique Álvarez; el libro de relatos Recoge tempestades, de Alfonso Ruiz de Aguirre; el poemario Dársena, de Pedro López Lara, y el ensayo Dante, poeta del amor, de Juan Varela-Portas de Orduña.)