Entrelazamientos
Entrelazamientos, de Luis Junco
18 julio, 2017
La sequía
La sequía, de Adolfo M. Martínez
18 julio, 2017
Finalizada la redacción definitiva de Brigada Lincoln sentí que ciertos personajes me gritaban, ¿y qué hay de lo mío? Entendí sus razones, al fin y al cabo era la gente más íntima de todas las personas reales o imaginarias que haya conocido en mi vida. Volví a leerlos, es decir, volví a intimar cara a cara a calzón quitado y sí, quedaban desdibujados cuando en mi opinión, y en la suya, merecían un tratamiento más extenso. Esto supondría alargar en exceso BL con situaciones que lastrarían la historia. Por eso decidí escribir una serie de “Relatos Complementarios” agrupados bajo el nombre genérico de Almedina. Una cosa lleva a la otra. En alguno de esos relatos nacieron personajes que luego se incorporaron a El cocinero del Papa, novela situada también en territorio Almedina (Tiburcio Paricio tal vez sea el más representativo). Terminada ésta me vi en la necesidad de abundar en otros. Total, zagal, para acabar de una vez, casi sin darme cuenta había escrito once relatos, algunos bastante extensos. Aquí están.
El autor. En una casa patriarcal, muy cerca de Santiago de Compostela, entre campos de verdor resplandeciente y al amparo de frondosos bosques de carballos, castaños, pinos y eucaliptos, muy cerca de Santiago de Compostela, nació y vivió sus primeros años Javier Guzmán. Y en Burgos, durante 7 años imborrables, estudió el bachillerato con los Jesuitas. Después de colgar la carrera universitaria en cuarto curso, residió en Venezuela quince años, sin duda los más gozosos de su disparatada biografía. Casado, de una vez y para siempre, con una aragonesa de Huesca, se convirtió en aragonés consorte (con suerte), con fervor y con pasión. Así que estos territorios discordantes (Galicia, el norte de Castilla, Aragón y la bella Caracas) impregnaron su geografía emocional, sus lenguajes, sus acentos, sus concreciones, pocas, y sus extrapolaciones, excesivas.
Se ganó la vida trabajando en publicidad, profesión que dejó en su vida tanta huella como el majestuoso vuelo de los pájaros en el aire, y escribió guiones para películas (premio en el festival de Taormina, Italia). Con su primera novela, Brigada Lincoln (1998), creó su particular mundo de Almedina, Teruel, cronotropo en donde también se desarrolla El cocinero del Papa (Ediciones de La Discreta, 2012), y mereció con ella el Premio de Narrativa Gonzalo Torrente Ballester.
Javier Guzmán murió en Madrid, en septiembre de 2014.
 

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