Por Santiago López Navia
Dicen, Cratilo, que la tierra es plana
esos necios osados y ocurrentes,
mientras surcan tenaces las corrientes
de un mar que se imaginan palangana.
No cabe en su mollera casquivana
la ciencia de los sabios eminentes.
¿Querrás argumentar? Dirán que mientes.
¿Te mueve la verdad? ¡Oh, empresa vana!
No te extrañen, Cratilo, su arrebato,
su falacia vestida de certeza,
ni su rebuzno alegre de jumentos.
Quebrantar su delirio es insensato,
que a quienes tienen plana la cabeza
no persuaden ni ciencia ni argumentos
y siguen, tan contentos,
constantes en su error de medio a medio
viendo la tierra plana sin remedio.