Por Luis Junco
Capítulo 5 – Un asesino en serie
Descubierta el arma del delito -un cometa que superaba en dimensión al monte Everest- y el lugar del impacto -la península del Yucatán, en México-, parecía que quedaba definitivamente resuelto el misterio de la súbita extinción de los dinosaurios hacía 65 millones de años. Pero como adelantábamos en el último capítulo, la historia aún no había acabado.
En los años 80, cuando aún vivía Luis W. Álvarez y junto a su hijo Walt investigaban sobre el asunto, conocieron que tanto un reconocido astrónomo, Eugene Shoemoker -el descubridor del cometa que impactó contra Júpiter en 1994-, como dos paleontólogos, Dave Raup y John Sepkoski, acumulaban pruebas de que los impactos de cometas y asteroides sobre la Tierra y las correspondientes extinciones masivas de vida en el planeta ocurrían de una manera periódica: en los últimos 240 millones de años, cada 26 millones de años. La mente siempre inquieta y curiosa de Luis Álvarez le llevó de inmediato a buscar una posible razón de esa periodicidad, y contactó con un antiguo alumno suyo, Rich Muller, físico y astrónomo, quien le puso en la pista de la que más tarde sería conocida como la “hipótesis Némesis”. Nuestra estrella, el Sol, no está sola, sino que tiene una estrella gemela y oscura, Némesis, que cada 26 millones de años se acerca en su órbita elíptica causando una “lluvia de cometas” desde la Nube de Oort.
(Los sistemas binarios de estrellas son muy normales. Basta con enfocar con unos prismáticos la segunda de las estrellas de la cola de la Osa Mayor para comprobar que no es una sola estrella, sino que son dos, Mizar y Alcor, un sistema binario.)
(La Nube de Oort es una especie de caparazón esférico que rodea a nuestro sistema solar y que está más allá de Plutón, a unas 50 UA -1 UA es la distancia de la Tierra al Sol, unos 150 millones de km- y se calcula que está formada por más de cien mil millones de objetos especialmente de hielo. Se mantienen unidos por la fuerza gravitatoria del Sol; pero cualquier pequeña perturbación hace que algunos caigan hacia el sistema planetario en forma de “lluvia cometaria».)
La “hipótesis Némesis” ha ido perdiendo apoyo con el tiempo, a medida que ha aumentado la capacidad de observación de la tecnología astronómica, y hoy solo la siguen apoyando un grupo muy reducidos de científicos y algunas sectas religiosas. Por el contrario, las evidencias de impactos periódicos de cometas y asteroides con una regularidad que va de los 26 millones a los 32 millones de años se hacen cada vez mayores.
¿Pero quién sería el causante de este asesinato en serie que cada cierto tiempo amenaza la vida sobre la Tierra?
Y aquí entran en escena la llamada materia oscura y los ejércitos de las sombras.