El autor: Nick Hopton nació en Manchester en 1965, pasó su infancia en York y cursó estudios superiores en la Universidad de Cambridge. Ha viajado extensamente por Amérca Latina y ha trabajado en España de guía turístico. Desde que ingresó en el Foreing Office en 1989, ha sido destinado a Marruecos, Italia y Francia. Él y su mujer, la artista chilena Alejandra Echenique, viven en París con sus cuatro hijos. A trozos, publicada en inglés en 1999, es su primera novela.
El libro: con el título de su primera novela, A trozos (In pieces en inglés), Nick Hopton hace referencia tanto a la vida de sus personajes como a la propia estructura narrativa de la obra y a su estilo.
Por un lado, A trozos posee una articulación fragmentada, llena de saltos espacio-temporales, que va dando un mosaico del mundo que quiere representar, y en la que la alusividad, los sobreentendidos, toman el lugar de las declaraciones expresas y las grandes descripciones. Por medio de un estilo sobrio, sin grandes concesiones poéticas ni florituras retóricas, Nick Hopton consigue un texto que hay que saber leer entre líneas, que obliga al lector a empaparse de un ambiente y a seguir entre los recovecos de su imaginación una peripecia que por debajo de la aparente cotidianidad esconde la grandeza de la vida real.
Porque, por otro lado, la vida de los personajes de A trozos –Sim el periodista, el futbolista Jimmy, el rockero Ricky, la broker Mary, etc.– es también una vida deslavazada, sin un centro o una dirección que la doten de lógica aparente, en la que los actos de todos los días, tan repetidos y tan huecos –las cervezas en el pub, las fiestas multitudinarias, el trabajo estresante, las superficiales relaciones amorosas...–, luchan por cargarse de un sentido ajeno a toda trascendencia. Esta es la lucha de los personajes de Nick Hopton: lejos del vitalismo existencialista o fenomenológico, que ve en cada momento vital una manifestación del espíritu (o del impulso, o de la razón vital, etc.), impregnados de la condición proteica y pasajera de la postmodernidad, los personajes de A trozos no se resignan a dejar de ser sujetos de su propia existencia y se agarran a la más mínima experiencia para tratar de encontrar un asidero o un nicho. Desde una concepción del mundo en la que la experiencia es la base de la individualidad –y que, en consecuencia, exige de la novela acción interior o exterior–, Hopton consigue que la cotidianidad se convierta en aventura, que el ambiente londinense de los años 90, tan similar al de otras macrourbes, albergue la posibilidad de tomar las riendas de la propia vida.
Y sin embargo, siempre estará, amenazante, la historia, para irrumpir en ella y hacer de los trozos añicos, del sentido absurdo, de la lógica sinsentido....