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Todos los coños el coño, del Conde de Abascal
5 mayo, 2017
Las cartas americanas de Prudencio Armengol
Las cartas americanas de Prudencio Armengol, de Luis Junco
20 abril, 2017
Ediciones de La Discreta, en su línea de publicación de obras con temática americana, acaba de editar la novela La Tierra Ligera del escritor novel Santiago Miralles Huete.

Se trata de una novela ambientada en Centroamérica en tiempos de la Primera Guerra Mundial. El Nuevo Continente es todavía una tierra de promisión, abierta a quienes buscan borrar su pasado y forjarse un nuevo destino. Con esa ilusión, llegan hasta ella diferentes personajes; entre ellos, Alvaro Pignatelli, un joven aventurero italiano, curioso e insolente. Su modo de entender la vida chocará con los sobreentendidos y las estructuras sociales de un mundo que aparentemente absorbe con ansia la modernidad, pero que está sometido a la rutina y a la inercia de la tradición. Los terratenientes, los cafetaleros, los políticos, e incluso las prostitutas, están dispuestos a aferrarse a lo que conocen para salvaguardar sus privilegios.

Álvaro Pignatelli se dará cuenta de la opacidad del país cuando, a petición de un coleccionista, intente averiguar el origen de un misterioso estuche de plata que perteneció a Maximiliano de Méjico. Las casualidades le llevarán a conocer a otro hombre llegado, como él, de Europa: un extravagante anciano de pies descalzos, acento alemán y suaves maneras aristocráticas, que regenta un prestigioso negocio de banquetes y celebraciones.

Las investigaciones de Álvaro Pignatelli le obligarán a reflexionar sobre la Historia, e incluso a replantearse el sentido de su propia vida, mientras conoce todos los estratos de la sociedad centroamericana de principios del siglo XX: ministerios, burdeles, oficinas de exportación, hospitales, casinos, palacios, cuarteles de policía, plantaciones de café, y la logia masónica de la ciudad.

Contra el fondo de una naturaleza todavía virgen, hecha de volcanes, lluvias, vientos y terremotos, las vidas están atrapadas en la rueda del tiempo, un tiempo cíclico e implacable que rasa a los hombres y los engulle en la ligereza de la tierra que les cobija.

Tierra y tiempo se ahorman en un “perpetuum movile”, en una eterna e implacable mudanza. Una tierra liviana, un paraíso que atrapa a en sus fauces a sus profanadores, que devuelve al hombre, como a Sísifo, a su propio olvido.

 

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