De vuelta a mis clásicos generacionales
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Por Santiago A. López Navia

Volver a renacer desde mi hoguera
 aprendiendo del fénix las lecciones.
 Quebrar el curso de las estaciones
 haciendo de un invierno primavera.
Hacerme salamandra y tras la espera
 ver cómo se renuevan mis tendones
 y mi alma abre la puerta a sus prisiones
 y torna a remontar, firme y entera.
Que resista mi fe bajo las llamas.
 Que mi esperanza se haga carne nueva
 y no ceda el amor al sostenerme
y volverán las hojas a mis ramas
 brotando en mi plegaria que se eleva:
 ser fénix, salamandra y renacerme.

2 Comments

  1. Carlos dice:

    Si las aves son los descendientes del dinosaurio y la salamandra sigue siendo un reptil, el valor subliminal del soneto pertenece a los vertebrados, pero no a los mamíferos. De todas maneras el amor para un personaje así entre dinosaurio y salamandra es algo muy sofisticado. El soneto es muy divertido y tiene cierto corte de humor fino entre sus venas, podría navegar en un mar de sorna.

  2. No me puede explicar mejor el interior amigo. Gracias por tu arte a pesar de todo. Un beso

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