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Por Luis Junco

El premio Nobel de Literatura de este año ha sido otorgado al noruego Jon Fosse, “por su innovación en el teatro y en la prosa”, añade la Academia. Y en otros lugares he leído opiniones sobre su estilo, empezando por él mismo:

No se leen mis libros por las tramas”.

O por un crítico literario que dice: “La obra de Fosse es minimalista, basada en un mensaje a través de ritmo, la melodía y el silencio. Sus personajes hablan poco. Y lo que dicen suele ser repetitivo (…) las palabras quedan en suspenso, suspendidas en el aire, a menudo sin puntuación”.

Nada he leído de su obra teatral -creo que hay una traducción español con el título Alguien va a venir-, pero sí de su prosa, de la que leí hace un par de añosTrilogía (Ed. De Conatus, 2018). Y sin desdecir las características de su prosa señaladas arriba, a mí me pareció que el estilo narrativo -al menos en esta obra- es, permítaseme la expresión, bíblico, derivado del modo descriptivo empleado en el Antiguo Testamento, algo de lo que, me parece, también se nutrió Faulkner. 

Para explicarme y a modo de comparación, transcribo el inicio de la Trilogía, y unos versículos del Libro de los Jueces.

Asle y Alida caminaban por las calles de Bjørgvin, Asle llevaba al hombro dos hatillos con todo lo que tenían y en la mano la caja con el violín que había heredado de su padre Sigvald, Alida llevaba dos bolsas con comida, y hacía horas que daban vueltas por las calles de Bjørgvin buscando alojamiento, pero parecía imposible alquilar nada en ningún sitio, no, decían, lo lamentamos, decían, no tenemos nada para alquilar, lo que tenemos ya está alquilado, así decían, y Asle y Alida tenían que seguir dando vueltas por las calles, llamando a las puertas para preguntar si tenían habitaciones libres, pero en ninguna casa tenían habitaciones, así que dónde iban a meterse, dónde iban a cobijarse del frío y la oscuridad ya tan entrado el otoño, en algún sitio tendrían que poder alquilar una habitación, y menos mal que no llovía, aunque seguro que empezaba a llover pronto, así que no podían seguir dando vueltas, y por qué nadie querría alojarlos, sería porque todo el mundo veía que Alida estaba a punto de parir, que tenía aspecto de poder parir en cualquier momento, o sería porque no estaban casados y no eran por tanto un matrimonio decente ni se los podía considerar personas decentes, pero eso no podían verlo, no, eso era imposible que lo vieran, o quizá sí lo vieran, alguna razón tenía que haber para que nadie quisiera alojarlos, y no era que Asle y Alida no quisieran recibir la bendición de la Iglesia, no era que no quisieran casarse, pero cuándo habían tenido tiempo y ocasión para hacerlo…

(De la Trilogía, de Jon Fosse).

Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Id, y poned emboscadas en las viñas, y estad atentos, y cuando veáis salir a las hijas de Silo a bailar en corros, salid de las viñas, y arrebatad cada uno mujer par sí de las hijas de Silo, e idos a tierra de Benjamín; y si vinieren los padres de ellas nosotros les diremos, hacednos la merced de concedérnoslas, pues que nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos, además, no sois vosotros los que se las disteis, para que ahora seáis culpados, y los hijos de Benjamín lo hicieron así, y tomaron mujeres conforme a su número, robándolas de entre las que danzaban, y se fueron, y volvieron a su heredad, y reedificaron las ciudades y habitaron en ellas. 

(Del Libro de los Jueces, Antiguo Testamento).

2 Comments

  1. Emilio dice:

    Estilísticamente el pasaje tiene un aire bíblico. Pero psicológicamente recuerda a su paisano Knut Hamsun.

  2. La Discreta dice:

    Por reciente comentario de otro lector, he sabido ahora que Jon Fosse pasó once años traduciendo la Biblia al noruego.

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